AUDITORIA INTEGRAL

¿Qué es una auditoría integral?

“Es la acción fiscalizadora dirigida a examinar y evaluar el proceso de contratación y/o renegociación del endeudamiento público, el destino de los recursos y la ejecución de los programas y proyectos con financiamiento externo, con el fin de determinar su legitimidad, transparencia, calidad, eficacia y eficiencia, considerando los aspectos legales, económicos, sociales, de género, regionales, ecológicos y de  nacionalidades y pueblos”.


osé Dagoberto Pinilla Forero 
Contador público y magíster en auditoría informática. Presidente de la Fundación para la Investigación y Desarrollo de la Ciencia Contable, Fidesc.  

Introducción

La auditoría integral ha venido teniendo enorme aceptación en el medio empresarial público y privado, debido a la visión global de las organizaciones, en la perspectiva de tomar la empresa en su conjunto, para evaluarla y asesorarla en el proceso de planeación, organización, dirección y control. De esta manera, la auditoría integral es una metodología de evaluación organizacional de base amplia y comprensiva, que facilita los procesos de diagnóstico, análisis y proyección empresariales, recogiendo en forma integral los objetivos de las auditorías de orden legal, financiero, operacional, social y ambiental, entre otros.
Esta modalidad de auditoría es un servicio profesional independiente de naturaleza evaluativa, que ha evolucionado paralelamente con los desarrollos de las ciencias administrativas, económicas, jurídicas y sociales en general. Se caracteriza por utilizar una metodología de enfoque científico que facilita la aproximación a la realidad empresarial para evaluarla, analizarla y emitir una opinión relacionada con el nivel de confiabilidad del sistema de control interno, la eficiencia y efectividad de las operaciones, los resultados de la gestión, el grado de certeza razonable de la información financiera y las condiciones futuras de desarrollo de las organizaciones.
La auditoría integral se perfila como un instrumento filosófico, metodológico y técnico de enorme poder para evaluar, analizar y facilitar los procesos de decisión empresarial en ambientes cada vez más complejos, debido a las nuevas realidades científicas, técnicas, económicas, sociales y políticas del mundo contemporáneo.
La gerencia moderna y los distintos actores sociales que interactúan con las organizaciones, en el sistema jurídico, económico, político y social imperante, encuentran en la auditoría integral un instrumento metodológico avanzado para observar la situación de los negocios, en ambientes de riesgo permanente y de desarrollo económico y social globalizado.

Concepto

La auditoría integral es el proceso de investigación que tiene por objeto el estudio y evaluación de la planeación, organización, dirección y control de las organizaciones, con el propósito de emitir una opinión independiente y formular unas recomendaciones dirigidas a mejorar los niveles de control integral y los resultados de los entes económicos o de otra naturaleza lícita. Como sistema de evaluación y control, tiene un enfoque constructivo que permite evaluar de manera global los procesos administrativos, operativos y de control, de las organizaciones, con un criterio científico y sistémico, a cargo de un grupo multidisciplinario de profesionales.
Esta modalidad de auditoría trabaja con un enfoque metodológico de tipo deductivo, a partir de la visión global de las organizaciones, para luego desagregarlas en sus elementos administrativos, operativos y de control, que normalmente estructuran las empresas, hasta sus componentes más simples de acuerdo con los objetivos de la auditoría y el criterio del auditor. El concepto de integral, con el que opera esta auditoría, implica por una parte, el cubrimiento de la totalidad del ente auditado y por la otra, la totalidad de los objetivos de las auditorías conocidas, desarrolladas y reconocidas por la comunidad internacional de auditores. De ahí que su trabajo sea complejo y exija la participación de varias disciplinas, de acuerdo con la naturaleza del ente auditado.
La auditoría integral permite analizar y evaluar el ambiente interno y su relación con el entorno de un organismo, en su base legal, financiera, operacional, social, ambiental y cultural. Todo esto de acuerdo con la filosofía de la calidad total, el mejoramiento continuo, la productividad y la competitividad nacional e internacional.
Los resultados que se pueden esperar de una auditoría integral son un análisis estructurado del ente evaluado, que permite verlo como se encuentra en el momento actual y el diseño de una estrategia que facilite la transición de una cultura de trabajo tradicional a una de mejoramiento continuo y de calidad total. También con la evaluación integral, se conocen las oportunidades y las debilidades de la empresa que se deben corregir, en la perspectiva de preparar un plan estratégico para asegurar su crecimiento y competitividad frente a los mercados reales y potenciales (Fleitman Jack. Evaluación integral: 1998).
En la evolución del concepto de auditoría pueden identificarse tres momentos históricos bien relevantes, que corresponden a la auditoría financiera, la operacional y la integral. En la auditoría financiera se persigue la emisión de un dictamen independiente sobre la razonabilidad de los estados financieros de los entes auditados; la auditoría operacional tiene como objetivo evaluar la planeación, organización, dirección y control de las operaciones, por áreas funcionales, con base en los parámetros de medición denominados de economía, eficiencia y efectividad; y la auditoría integral tiene como misión emitir un informe independiente que contemple los objetivos de las auditorías conocidas.
Esta última modalidad tiene sus raíces en la auditoría comprensiva de origen canadiense, en donde se creó una fundación para la investigación y desarrollo de la auditoría comprensiva (1980) denominada: Fundación canadiense para la auditoría comprensiva, con el objeto de formar conocimiento para una rendición de cuentas significativa y una gerencia efectiva en el sector público. La auditoría comprensiva, fue inicialmente considerada como un concepto más que como una técnica, basado en los siguientes tres aspectos de la rendición de cuentas en el sector público:
1. Información financiera.
2. Cumplimiento de la normativa técnica y legal.
3. Gerencia económica, eficiente y efectiva de los fondos y recursos públicos (Gobierno Canadiense-Rendición de cuentas, informe de rendimiento-Auditoría comprensiva-Una perspectiva integral: 1996).
Inicialmente, la auditoría comprensiva se desarrolló como una respuesta a la demanda de los clientes para una mejor información sobre rendición de cuentas. Durante la década de los setenta, los miembros de las legislaturas canadienses, se dieron cuenta que no estaban recibiendo la información necesaria sobre el desempeño. Sintieron un vacío en la rendición de cuentas, que debía ser explicado. Una alternativa era que la gerencia informara sobre el desempeño o apelara a un tercero que intentara llenar esa brecha, siendo el auditor el primer candidato. Frustrados por la aparente indisposición o incapacidad de la gerencia para informar sobre el desempeño, muchas legislaturas solicitaron a sus auditores suministrar mayor información sobre rendición de cuentas. Así nació la auditoría comprensiva, basada en dos principios importantes de la gerencia del sector público:
El primer principio consiste en que las actividades públicas debían ser conducidas de tal forma que se hiciera la mejor utilización de los fondos públicos. Los funcionarios responsables de gastar fondos públicos debían asegurar que sus decisiones generaran servicios eficientes, efectivos y económicos.
El segundo principio consiste en que las personas que desempeñan actividades públicas deben responder por la gerencia prudente y efectiva de los recursos que se les confían. Esta responsabilidad de rendir cuentas penetra en el sector público, desde los representantes elegidos que rinden cuentas al público, hasta los funcionarios que rinden cuentas a sus superiores.
Los auditores deben darse cuenta que todos los niveles gubernamentales rinden cuentas al pueblo, en relación con la entrega eficiente y efectiva de los servicios. Actualmente, se considera que la información estrictamente financiera no es suficiente para comunicar tanto a los administradores y tomadores de decisiones gubernamentales como al público, acerca de los logros y fracasos en la realización de los programas gubernamentales. Así surge y se desarrolla la auditoría integral, ampliando evidentemente su cobertura, desde la auditoría de legalidad, pasando por las auditorías financiera, operacional y comprensiva, para llegar finalmente a la integral que conocemos.
A partir de la importancia de los servicios ofrecidos por la auditoría integral, a nivel interno y externo, el sector privado ha comenzado a utilizarlos en la perspectiva de mejorar los indicadores de gestión y visualizar el futuro de las organizaciones, frente a los riesgos potenciales que traen las economías de mercado.
El mundo de los negocios contemporáneos gira alrededor de conceptos tales como: calidad, eficiencia, productividad y competitividad, para lo cual se requiere un auditor que esté en capacidad de asesorar a la administración en forma integral y prospectiva, en el corto, mediano y largo plazo. Esto implica que sean superados los esquemas tradicionales de análisis empresarial, con base en los estados financieros históricos a partir de los conceptos de gasto y costo. Hoy se está necesitando un auditor analítico integral que esté en capacidad de evaluar tecnologías dirigidas a optimizar la gestión empresarial, motivar a los empleados y crear valores, tales como: el valor económico agregado, EVA, el Balanced Scorecard (cuadro de mando integral) y el COBIT (Objetivos de control en sistemas de información y tecnología relacionada), entre otros, (Amat Oriol. EVA-valor económico agregado: 1999).

Dominio

La auditoría integral contempla todas las áreas del ente auditado a nivel misional, de control y de apoyo, en donde se encuentran normalmente las funciones de producción, finanzas, personal, informática, mercadeo y ventas, entre otras, dependiendo de la naturaleza de los entes auditados. A los actores sociales comenzando por la gerencia, les interesa más una visión total de las organizaciones, que aspectos aislados, tales como: legal, financiero, ambiental y de gestión, entre otros, como han sido las prácticas tradicionales. De ahí que por ejemplo, la auditoría financiera haya perdido liderazgo en orden a la importancia de sus resultados y no es que haya desaparecido, sencillamente ha cedido espacio a la auditoría integral, por tener más contenido informativo para tomar decisiones por parte de los distintos actores sociales relacionados con los negocios.

Lo que sucede es que ahora las auditorías tradicionales que se venían trabajando por separado o en forma aislada, se integran formando un todo conceptual para efectos de evaluación y control empresarial. Ahora las auditorías tradicionales o que se realizaban en forma separada, comprenden elementos de una totalidad objetiva y metodológica consolidada, denominada: auditoría integral. El alcance y complejidad de esta nueva modalidad de auditoría exige el concurso multidisciplinar de profesiones, en donde el Contador Público entra en evidente opción de competencia, por los saberes que maneja: contable, financiero y de control organizacional. Hasta ahora lo que está definido y claro es que la auditoría financiera es del dominio exclusivo del Contador Público, las demás son de libre competencia profesional.

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